Recuerdo cuando vivía en Viña del Mar hace ya más de 20 años atrás y uno de los sonidos característicos de donde yo vivía era el paso del tren de pasajeros y al menos una vez al día el tren de carga que se reconocía auditivamente porque parecía que no acababa nunca de pasar. Jamás escuché a alguien expresar molestia por el sonido del paso del tren, muchos de los amigos de esa generación crecimos con ese sonido y era parte del paisaje sonoro en ese sector de la ciudad. Hoy el tren es subterráneo y el espacio que dejó dió paso a nuevas pistas para vehículos y lo que hoy más se escucha son ruidos de motores y bocinas en las horas peaks de tránsito, las nuevas generaciones no saben “como sonaba antes” ese sector de la ciudad, ni siquiera que alguna vez esa línea de tren pasaba por la superficie.

Hace algunos años, en Europa se terminó de realizar un registro en audio de sectores que se consideraban tradicionales o característicos, fue así como se registraron sonidos urbanos, paseos peatonales, grandes avenidas, como también paisajes naturales con sonidos de aves, ríos y mar, el objetivo era tener una memoria auditiva de aquellos lugares, un registro de lo que podríamos llamar el patrimonio acústico de una ciudad, país o zona geográfica determinada.

La iniciativa comenzó en Galicia y luego comenzó a extenderse por otros países de Europa llegando a grabar más de 2.000 sonidos, dejando en claro la importancia de conservar registros del paisaje sonoro del continente.

“Gracias al programa, se creó un mapa acústico de Europa por el que se pueden oír on line los sones característicos de centenares de lugares. A golpe de clic en http://map.europeanacousticheritage.eu es posible moverse por el mapa del continente para deleitarse durante unos segundos con la animada vida en Venecia disfrutando de música de la calle y el sonido de la gente. También, en ese mapa, aparecen sonidos tan especiales como el del mar batiendo contra las rocas en Punta Rudicio, Ortigueira.”  (Fuente: Faro de Vigo)

¿que registros de sonido se podrían sacar en nuestro país?, ¿sabemos cómo suena el desierto?, ¿cómo suena un glaciar?, tal vez conservar el sonido característico de fiestas tradicionales como por ejemplo la fiesta de La Tirana en el norte de Chile; para quienes vivimos en la capital, poder por un momento cerrar los ojos y escuchar como rompen las olas en el litoral central, o como corren los ríos en el sur.

El oído junto con el olfato son los sentidos más evocadores de recuerdos que posee el ser humano y así como las ciudades van cambiando, cambia el paisaje acústico, y la gente va olvidando como era el sonido característico de la zona, que una especie de ave desaparezca o migre hacia otro sector, también provoca un cambio en el paisaje acústico, que un río ya no lleve el mismo caudal que antes, también es un cambio, y todo influye en la percepción que tengamos del lugar.